domingo, 4 de mayo de 2014

Las secuelas de mi lesión

Esta semana ha sido una semana de altibajos. Ha habido momentos en los que me he sentido tan bien, que me veía capaz de escalar una montaña. Sin embargo, ha habido momentos de bajón en los que no me han quedado ni fuerzas para subir las escaleras que tengo en casa. Pero mejor vayamos por partes para que lo entendáis un poco mejor:

El martes por la tarde tocaba visita de nuevo a la fisio. Tras revisarme y darme un masaje de esos que te dejan las piernas temblando, y no por lo placenteros que son, sino más bien por todo lo contrario, recibía la buena noticia de la semana. Me dijo que el tendón estaba bastante menos inflamado, lo cual era de esperar, dado que he tenido una semana de reposo absoluto. Y cuando hablo de reposo absoluto, me refiero a eso, o sea, nada de nada de deporte. La bicicleta elíptica, que es algo que solía hacer antes de correr, más que nada porque tengo una en casa, está totalmente contraindicada para mi lesión. 
Otra opción era ir a nadar, que también me gusta bastante, pero reconozco que me entró pereza y al final nada de nada. Pensé que un parón total no sólo le vendría bien a mi tibial, sino también me ayudaría a despejar mi mente y a aclarar muchas ideas. 
Cuando la escuché me puse loca de contenta, sobre todo cuando me colocó un vendaje funcional de esos que están tan de moda últimamente y me dijo que ya podía ir probándome poco a poco a ver cómo respondía la lesión a la carrera.
Así que ese día, aunque feliz, me acosté con un montón de dudad en la cabeza: "Qué pasará mañana cuando empiece a trotar de nuevo???. Me dolerá???. Sólo me molestará???. No sentiré nada???. Cómo debo volver a correr???". Y no sigo, porque la lista es larga, pero también tediosa y aburrida, tanto que esa noche me costó horrores quedarme dormida.
A la mañana siguiente me desperté, me hice un café y me puse la ropa de correr. Estaba tan nerviosa, más aún que cuando me toca hacer algún entrenamiento exigente, pero a la vez tenía tanto miedo por no saber cómo respondería mi tibial.
Pues bien, cogí el coche y a entrenar. El primer día sólo treinta minutos y a un ritmo muy suave y a ver qué tal. El tibial parece que respondió bien. Eso sí, mis ppm altísimas y no sólo por los nervios del momento, sino porque acusan la pérdida de capacidad aeróbica por la inactividad de estos días. Termino contenta, pese a no haber hecho ni 5 kilómetros, estiro bien y para casa.

Paso todo el día sin molestias, así que al día siguiente vuelvo a salir, esta vez 10 minutos más, aunque el ritmo sea el mismo, o sea, menos de seis kilómetros y medio, pero bueno, algo es algo. Y de nuevo bien, sin notar molestias en la zona, así que, de nuevo, vuelvo a casa con una sonrisa de oreja a oreja.
Pero la alegría me duraría poco. Unas horas después del entrenamiento empiezo a notar una molestia. Es leve pero ahí está, pienso que puede haber sido consecuencia del entrenamiento, o simplemente de las horas posteriores en las que me tiré casi todo el tiempo de pie y haciendo cosas en casa e igual se me ha cargado la zona en exceso. Intento ser positiva, dado que la molestia es mínima. Me pongo hielo, me masajeo bien la zona y parece que desaparece. De hecho por la noche ya no hay molestia. Decido que, según me levante al día siguiente, saldré a entrenar o no. 
Me levanto sin molestia alguna, así que me pongo la ropa de entrenar y me voy a correr de nuevo. Otros treinta minutos, pero esta vez, voy a intentar meter algo de ritmo en una parte del rodaje, o sea correr unos segundos más rápido de lo que lo estaba haciendo hasta ahora. Empiezo bien, sin molestias, pero en torno al final, aparecen, ahí están, siguen siendo leves pero ahí están, y esta vez entrenando. Estiro bien y me vuelvo a casa, eso sí, esta vez bastante desmoralizada.
El sábado toca descansar, le vendrá bien a mi tibial y a mi mente. Durante todo el día de ayer no tengo molestias, es más me noto hasta mejor. O es que quiero creerme que estoy casi recuperada y mi subconsciente me juega malas pasadas. La verdad es que empiezo a tener serias dudas.
La prueba de fuego ha sido hoy. Tocaba rodar muy suave, pero durante una hora. "A ver si aguanto sin molestias" es en lo que he pensado antes de salir de casa. Y hoy la suerte tampoco ha estado de mi lado. Una molestia leve al empezar, que luego se ha ido sola, pero que me ha obligado a estar todo el rodaje pendiente de mi tibial. Más que disfrutar, hoy he padecido, y no por la molestia, que como ya he dicho ha sido mínima, sino porque sólo iba pensando en que no apareciese de nuevo. Me he vuelto a casa de nuevo de bajón, pero no sólo por la molestia, sino porque creo que me estoy obsesionando un poco. Nunca antes había estado lesionada, así que no sé si esto es lo normal tras la vuelta.
Esta tendinitis no sólo se ha llevado por delante el trabajo que había realizado durante estos meses, dado que cuando pueda volver a entrenar con normalidad, me tocará empezar de nuevo de cero, sino que amenaza con llevarse por medio mi valentía, mi coraje y mi bienestar mental.
Lo primero me es indiferente, porque igual que se pierde la forma física, se vuelve a ganar con tiempo y entrenamiento, pero lo segundo no. Me niego a salir a correr con miedo o con temor de que la molestia pueda hacer acto de aparición en cualquier momento. Es difícil pero tengo que cambiar esa mentalidad, porque el miedo no hará que la molestia desaparezca, ésta desaparecerá poco a poco y según me vaya recuperando. Tengo que madurar y dejar de ser esa "niñata estúpida" que pensó que nunca se lesionaría. Ilusa de mi, como si fuera a ser yo un ser superior al resto de los mortales. Pues bien, esto es lo que me ha tocado, ahora hay que afrontarlo con fuerza, no puedo rendirme y venirme abajo a la mínima molestia, ni hacer un mundo de esto. La tendinitis se cura, o eso es lo que dice mi fisio, y yo, no voy a ser una excepción.
Así que esta amenaza va dirigida a mi tendinitis, porque, aunque se haga la tonta, sé que me escucha: "Si quieres mi forma física tómala, pero deja en paz a mi mente que la pobre no te ha hecho nada".

Al final voy a tener que poner en práctica la famosa frase que el gran Chema Martínez repite tanto: "No pienses, corre"

Espero que me funcione...



6 comentarios:

  1. No le des más vueltas al tema. Cuanto más pienses en la molestia, más tiempo tardará en irse.

    Mi experiencia con las molestias, que no es poca, me ha llevado al siguiente "algoritmo":

    1- Si la molestia va a más, o se convierte en dolor, hay que dejar de entrenar.

    2- Si entrenando con normalidad, ni mejora ni empeora, hay que continuar entrenando pero bajando volumen e intensidad.

    3 - Si entrenando con normalidad, mejora día a día, no hay que hacer nada, sólo dejar pasar el tiempo y seguir entrenando con normalidad.

    Es raro no sufrir ninguna molestia durante la temporada. No somos máquinas y los miles de impactos en el suelo a la larga provocan estrés en los músculos, tendones y articulaciones, que en ocasiones desencadenan en molestias o lesiones. Sólo hay que saber escuchar al cuerpo y actuar conforme ese algoritmo. Pero lo más importante de todo, asumirlas como una parte más del entrenamiento y no machacarse psicológicamente. A mal tiempo, buena cara.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Josep!!!. Tus palabras de ayer me hicieron reflexionar, así que decidí soltar todo lo que llevaba dentro en forma de entrada del blog.

    Por desgracia, si en algo tienes mucha experiencia tú es en este tema, así que he decidido hacer lo siguiente:

    1.- Si la molestia va a más o pasa a ser dolorosa de verdad, pararé.

    2.- Si la molestia sigue igual, la ignoraré y seguiré entrenando como hasta ahora, poco y suave.

    3.- Si voy a mejor cada día, seguiré entrenando como si tal cosa, aumentando poco a poco y de forma progresiva el volumen y la intensidad.

    4.- No volveré a salir a entrenar pensando en la molestia porque total, si tiene que estar ahí estará lo piense yo o no. Así por lo menos disfrutaré lo poco que pueda correr, que a día de hoy no es mucho.

    Sé que es casi lo mismo que has escrito tú, pero bueno así te copio una vez más... :-P

    Por cierto, hoy he puesto en práctica tu algoritmo y me ha ido bastante mejor que estos días, así que a seguir con la misma actitud.

    ;-)

    ResponderEliminar
  3. Hola July!
    He sacado un poquito de tiempo para ver tu recién estrenado blog. Tuve la tentación de crear el mío pero finalmente consideré que ya tenía bastantes compromisos y obligaciones.
    En primer lugar, felicitarte por tu estreno bloguero. Escribe cuando lo necesites y no te crees una obligación.
    En segundo lugar, me ha dado una envidia sana cuando he visto que vais hacer los 4 mosqueter@s en 42k Castellón. Me gustaría decir que también iré pero el año que viene en esas fechas no podré. Tengo en mente algunos planes pero los decidiré en Julio. Seguro que lo haréis genial. Seguiré vuestras evoluciones.
    Finalmente, darte ánimos en esa casi olvidada lesión.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Hola Toni!!!.

    Te agradezco que hayas aprovechado un hueco de tu tiempo libre para pasarte por el blog.

    La verdad es que pienso tomármelo como algo que me sirva para contar mis experiencias y para desahogarme cuando lo necesite, pero sin llegar a crearme ninguna obligación, que bastante tengo ya con las que tengo, que no son pocas.

    Pues ya ves. En Castellón iremos los cuatro mosqueteros, o más bien los tres valientes mosqueteros y la novata, que, como no, está medio muerta de miedo y eso que aún falta muchísimo, pero bueno, según se vaya acercando la fecha supongo que iré ganando confianza en mi misma, no me queda otra. Aunque ahora lo importante es poder recuperame bien de la dichosa tendinitis, y, aunque poco a poco, cada día voy a mejor y ésa es la mejor noticia. Quizás, éste no sea el año de mejorar marcas en el resto de distancias, pero mientras pueda prepara y correr la Maratón con garantías me daré por satisfecha... :-D

    Pues nada, si al final no puedes venir a Castellón este año, sólo espero que el resto de tus objetivos se cumplan tal y como lo hayas previsto. Ya nos irás contando...

    Un saludo!!!.

    ResponderEliminar
  5. Hola July,
    pues me uno a los compañeros, que saben mucho, así que mucha paciencia con las lesiones, seguro que con el paso de los días poco a poco lo ves mejor, entrenar suave, valorar los pequeños progresos y si cada semana vas mejorando y añades algún km puedes estar muy satisfecha!
    También te diré que no tengas tu mente siempre pensando en Castellón, que eso será para disfrutar, con el nerviosismo y la tensión justa pero ya está! Y nada de miedos!!
    Por cierto hace pocos días terminé mi 5a maratón, y disfrutando mucho ya que no era llana y no iba con la obsesión de hacer tiempo y de mantener siempre un ritmo constante. Ya ves que el año no empezó muy bien para mi por alguna pequeña lesión, pero poco a poco todo ha ido mejorando, así que animo para ti también!
    Un saludo

    ResponderEliminar
  6. Hola Filippo!!!.

    Gracias por tus palabras de apoyo. Aunque no lo creas, para mi, que no tenía ni idea de lo que era una lesión hasta ahora, son de gran ayuda vuestros consejos.

    Intento no pensar mucho en Castellón, pero a veces no puedo evitarlo, así que supongo que serán los nervios de principiante, y que a todo el mundo le ha pasado algo parecido a lo que me pasa a mi en su primera vez. Miedos, los justos, de momento, aunque según se vaya acercando el día...

    Ya vi que hace unos días hiciste una Maratón, la segunda en poco más de un mes este año, y, para como lo empezaste, con esa pequeña lesión, está más que bien. Yo, me conformaría con llegar a Castellón y poder terminarlo. Disfrutar, lo disfrutaré (y lo sufriré) desde que empiece a prepararlo. Tiene que ser toda una experiencia y por nada del mundo quisiera perdérmelo.

    Gracias por tus palabras de ánimo y que sigas así de bien!!!.

    Un saludo.

    ResponderEliminar