Más de nueve meses han pasado desde mi última entrada. Una vez terminada mi primera Maratón, decidí tomarme un respiro y darle un período de vacaciones al blog, puesto que creo que lo necesitaba. Así tomé la decisión, creo que bastante acertada, de volver a escribir cuando verdaderamente sintiese que necesitaba hacerlo, porque necesitaba contar algo importante de verdad.
Y, aunque lo cierto es que pensaba volver mucho antes, el varapalo sufrido en la XX Media Maratón Ciudad de Albacete, hizo que me tomase el retorno con bastante más tranquilidad.
Lo primero que creo que debo hacer es hacer un pequeño resumen de lo que ha sido mi andadura como runner en estos meses. Lo cierto es que, desde que me recuperé de la Maratón, no he dejado de correr. Tras la misma, decidí fijarme un objetivo nuevo, y era intentar asaltar mi marca en Media Maratón, que es una de mis pruebas favoritas, y la que hasta la fecha más se me resiste. Y decidí que Albacete, con un gran ambiente y un circuito homologado, era un buen lugar para intentarlo. Lo que no tuve tan en cuenta fue que la prueba se celebraba el 7 de Junio, y el calor supuso un hándicap importante para mi tremendo fracaso, aunque no fue el culpable del todo, puesto que, una vez más, me pudieron la ambición y mi estúpida vanidad, que me hicieron salir más rápido de lo que debería haberlo hecho y que casi hacen que abandone la prueba en el kilómetro 14. No lo hice, pero creo que más porque realmente no sabía muy bien cómo regresar a la meta, y por ende, al hotel donde estaba alojada, pero fue en este kilómetro donde decidí parar el reloj y arrastrarme como pude algo más de 7 kilómetros. Mi tiempo en carrera es mejor no mencionarlo. De lejos era la peor marca en la distancia que había hecho, así como la carrera en la que peores sensaciones había experimentado de principio a fin. Una verdadera lástima, porque había logrado completar una preparación muy buena, no exenta de contratiempos, aunque ya me he acostumbrado a que todas las preparaciones importantes que hago sean así, que para nada hacía presagiar lo que que ocurriría al final. Y una prueba que, desde ambiente hasta organización, merece un 10, y yo no pude estar a la altura de en evento así.
Y como dicen que de todo lo negativo se sacan muchas cosas positivas, lo cierto es que de Albacete me traje muchas lecciones aprendidas.
Una de ellas es aprender a ser más objetiva, tener más los pies en la tierra. Otra es dejar la vanidad a un lado, y renunciar a marcas, con el único objetivo de disfrutar el momento.
La tercera y no menos importante es dejar de hacer públicas las pretensiones que se tengan en un determinado momento, sobre todo en lo que respecta a marcas o a tiempos. Me he dado cuenta de que en este mundillo hay much@s que padecen la enfermedad conocida como "marquitis", que yo también confieso haber padecido, y de la que espero estar curándome definitivamente. Lo cierto es que después de ese 7 de Junio, más de un@ debió haberse alegrado de mi estrepitoso "leñazo" en Albacete tras mi afán por intentar conseguir el sub-1h40 en Media Maratón, pero si soy sincera, la verdad es que esa gente me importa poco. Lo intenté, pero no pudo ser, y con esto ya hice más que much@s de los que aplaudieron mi "caída" desde el sofá de sus casas. Como dice una frase que me gusta especialmente "Sólo fracasan los que lo intentan".
Y, si algo aprendí ese fin de semana es a valorar la amistad de verdad, la incondicional, la de esas personas que, pese a los muchos errores que cometas, siempre estarán dispuest@s a perdonarte, la de la gente que te ayuda sin pedir nada a cambio, la que intenta consolarte después de un mal momento, y con esos amigos, aunque sean pocos son con las que quiero quedarme, porque sé que cada vez que los necesite los tendré ahí.
Y ahora me encuentro inmersa en la preparación de mi segundo Maratón, y como no podía ser de otra manera, vuelvo a Castellón, a la ciudad que tantas y tantas emociones me hizo sentir aquel mágico 7 de Diciembre.
Y poniendo en práctica una de las lecciones que aprendí en Albacete, he decidido que, el objetivo no sea otro que, el de intentar completar la preparación tal y como está inicialmente prevista, lo que significará que esta vez no ha habido lesiones ni molestias, disfrutando así de un viaje de 18 semanas, que espero, que al igual que en todas las preparaciones importantes, consiga sacar lo mejor de mi, y me ayude a corregir los muchísimos errores que aún sigo cometiendo, en aras de convertirme en mejor corredora.
Y, aunque para fijar los ritmos de entrenamiento, ha sido necesario fijarme un objetivo de tiempo, éste queda en un segundo plano y prefiero guardármelo para mi, ya que si durante la preparación, veo que no soy capaz de asimilar estos ritmos, no dudaré en ralentizarlos lo que haga falta. Con esto mato dos pájaros de un tiro, ya que, a la vez que me quito presión en la preparación, no decepcionaré a nadie, sea cuál sea el tiempo obtenido el 6 de Diciembre, puesto que nadie sabrá con qué objetivo partía en los entrenamientos.
A partir de ahora, espero sacar más tiempo y poder escribir más regularmente en el blog, para contar mis experiencias durante la preparación.
Y sólo un objetivo en mente, poder revivir este momento de nuevo, que supuso un antes y un después en mi corta andadura como corredora popular.
Y en ello estamos, hasta ahora con bastantes buenas sensaciones. Y que duren...